martes, 20 de marzo de 2018

Mesa de Luz DIY



Hace 2 años nos vinimos arriba y decidimos hacer nuestro primer (y único) #IKEAHack. Lo primero, dejar muy claro que no somos muy fan del bricolaje. A mi me gustan las manualidades, pero nada que implique herramientas mecanizadas como un taladro. Así que a eso de armar una mesa de luz le tenia mucho respeto. 
Pero en el salón nos hacia falta una mesita que fuera útil para el peque (teníamos un puf, más para apoyar los pies que para otra cosa). Queria que fuera también un espacio para el para pintar o jugar con plastelina. Y la idea de la mesa de luz me rondaba por la cabeza porque en la guardería el cacahuete había flipado con ellas. De hecho, como a muchos niños, todo el tema de las luces le apasiona.
En el fuerte de cojines y mantas
Cuanto más lo miraba más me parecía un elemento que no caduca al cabo de 1 año, si no que en cada edad puedes descubirle nuevos usos.

En aquel momento encontré varios blogs con instrucciones diversas. Desde meter luces de navidad (blancas o de colores según el gusto) en un "tupper" grande y transparente a cosas muy sofisticadas (una simple búsqueda de "mesa de luz" en google os dará una buena muestra del abanico de posibilidades). Pero yo quería algo sencillo y que tuviera la doble utilidad de ser una mesa baja para toda la familia. Y encontré varios blogs para convertir la mesa LÄTT de IKEA, super económica pero recia y que viene con dos sillitas estupendas, en una chulisima mesa de luz. Y no había hecho este post porque el blog del que yo saqué las instrucciones era estupendo! Pero ahora veo que ha desaparecido así que hago un  intento de explicar como la hicimos si es que me acuerdo.

Vamos un momento a repasar opciones:
1. La más sencilla: lo dicho, un contenedor con al tapa transparente (como para almacenar ropa bajo al cama) y unas luces. Se puede hacer un orificio en el lateral para sacar un cable o usar luces navideñas a pilas (suelen tener poca intensidad). Nosotros lo probamos para ver que el niño realmente tenia un interés antes de "venirnos arriba". Que a veces tu ves muy claras las cosas y ellos tienen otras ideas y te comes la mesa de luces con patatas. 

2. Intermedio: Un cajón o caja de madera con un sobre de metacrilato. Que el sobre sea rígido y no una tapa de plástico tiene ventajas porque se entusiasman y se apoyan con todo el alma sobre ellas. Tienen la ventaja de ser portátiles y se pueden guardar facilmente. Para nosotros eso era más bien un impedimento porque era "otro trasto más" y yo quería que tuviera función de mesa plenamente operativa. 

3. Una mesa modificada. Hay muchas opciones. En genaral empiezan con algún modelo de mesa de IKEA (porqué será?). Vais a ver de modelos super sofisticados a muy sencillos. Nosotros elegimos la que nos pareció más fácil de hacer.

MATERIALES
Vamos a ver que nos hace falta para la opción 3:

*Una mesa LÄTT (20€)
*Unos leds a gusto del consumidor (blancos o colores, en tiras o rígidos...). Led para que no se caliente y quememos la casa. ¿Vale? Bien. Nosotros escogimos los EGLO (3M) de Leroy Merlin (en ese momento nos costaron 23€), es una tira bastante larga y permite cambiar el color, elegir intensidad y velocidad del cambio de luz mediante un mando a distancia.
*Una plancha de metacrilato. El grosor del metacrilato es importante. Una plancha muy fina es un riesgo ya que existe la posibilidad de que les de por subir encima de la mesa. No que se lo vayas a consentir pero por si les da ese momento de iluminación, mejor que el metacrilato aguante. Y aunque no suban (mi cacahuete es de los prudentes y prefiere tener los pies en el suelo) jugando con la mesa se entusiasman y se apoyan sobre ella, incluso mayorzotes de 8 años como mis sobrinos, y pesan! Nosotros la cogimos de 4mm y ha resistido 2 años sin el menor problema. La cogimos blanca para que no se vean las luces y difracte el foco de luz dando un efecto más difiso (mejor para la vista y más estetico). Para nuestra mesa LÄTT la plancha media 55*55cm y nos costó 18€ en 2016. EL reto fue encontrarla. Después de muchas vueltas resulta que es fácil que tengan (ojo al grosor) en centros de rotulación. Nosotros compramos la nuestra en Retols.cat (Sabadell), donde nos la cortaron perfectamente a la medida. Para esta mesa en particular te han de recortar unas pequeñas muescas en las equinas para que encaje bien. En nuestro caso no nos dimso cuenta y hubo que pedirle a mi suegro al sierra de calar. Lo sencillo es ir al comprar el metacrilato llevando la plancha de la mesa y que te la corten identica.
*Protector de escritorio SKRUTT (3€)
*Cinta adhesiva de doble cara.


Así que el precio final de la mesa de luces fue de unos 65€, lo que está muy bien. 

El reto es ensamblarlo todo.

INSTRUCCIONES

Lo primero es montar la mesa LÄTT pero hacerlo mal (¡he, por una vez es a queriendas!), ya que el sobre lo colocamos como si fuera un fondo:


El fondo es ahora blanco por lo que te puedes ahorrar forrarlo de papel de aluminio. Si no es blanco, mejor lo forras para que la luz revote y se difumine más. 
Fijamos las luces LEDs con cinta adhesiva de doble cara

Fijaros en las muescas de las esquinas. Esas son las que os han de hacer en el metacrilato. Y las aprovecharemos para sacar el cable de los LEDs.
El sobre de metacrilato va sencillamente apoyado sobre la mesa, queda bien encajado y no se mueve ni un ápice. 
Como el metacrilato es muy sensible a las rayadas y estos LEDs tienen mucha potencia, colocamos sobre la mesa el protector de escritorio blanco SKRUTT que recortamos con un cutter para ajustarlo a la mesa.

Y voila! ya tenemos mesa de luz!

Nosotros hemos jugado con legumbres, explicado cuentos a la luz cambiante de la mesa usando pompones y vasos de plástico, hemos experimentado con colores usando separadoresde plástco transparentes ya que las luces de colores dan mucho juego. Hemos jugado con formas ensamblando depresores linguales y cañitas, y con todo tipo de materiales... Y el cacahuete siempre encuentra algo nuevo con lo que experimentar.

Al cavo de un tiempo a la mesa le añadimos un toallero (el GRUNTAL de IKEA) en un lateral (en el que no está el transformador, por motivos obvios) en el que colocamos un rollo de papel de pintar (MALA de IKEA) y un pote para lápices colgando. Para pintar sólo ha de estirar del papel y listo! 
Como veis la mesa también sirve de puerta en los fuertes de cojines (y podéis ver el toallero con el pote de lápices, que va muy bien para dejar el transformador). No tenia otra foto en que se vea bien el toallero.

Si van a jugar con líquidos o la quieres usar para merendar, es importante poner un plástico o hule ya que los derrames de líquidos en esta mesa son cosa seria (he de decir que hemos tenido un par de accidentes y el metacrilato está tan bien encajado que no ha calado dentro).

Os dejo algunas fotos del disfrute!
Las gafas de protección las usó mi suegro durante le corte, no son necesarias para jugar con la mesa! ;) Veréis que en esta imagen se nota más donde van las luces. Al añadir el protector de escritorio se difuminan más y el efecto es mejor:

Cazando bolas
Dominó fusión!
Construcciones mil (El jenga tambén es de IKEA, como no)
Explicando el cuento de los 3 cerditos (cuando viene le lobo se pone rojo!). Soplaré, soplaré y la casa derrumbaré!
Los LEDs que elegimos se controlan con un mando a distancia, puedes elegir el color a voluntad, con lo que se puede añadir mucho dramatismo a los cuentos! :D

Y de las cosas que más les han gustado: bolas de agua (water beads) y mesa de luz:

No tengo fotos pero a los más mayores les ha gustado calcar, ver hojas a través, dibujar con legumbres... Y las bolas de agua que son para todas las edades... ;)

Y la mesa cumple plenamente su función, no solo cuando está encendida!

Y para la mamá aficionada a la fotografía siempre es fuente de diversión...



miércoles, 17 de enero de 2018

De cantamañanas y desinformación médica


Estos días oímos hablar mucho de terapias alternativas a raíz de un polémico “congreso” que se ha celebrado en Barcelona. Éste es un tema que me toca mucho. Básicamente me alucina. Entramos en el s.XIX retrocediendo en muchos aspectos. Tanto políticos, como sociales, como de salud!  En general me callo y lo dejo pasar pero hoy ya no he podido más.

Tengo unos parientes próximos que son grandes defensores de todo lo que no sea “medicina”, que no venga envasado por una farmacéutica, aquello que no venga respaldado por un profesional médico acreditado (de verdad, no en la universidad de la vida o similares, que hemos visto de todo). Con los años he aprendido que no se puede discutir con ellos. Ni con ellos ni con muchos otros que me he ido encontrando a lo largo de mi vida. 

Por aquello del “tú que eres bióloga” es un tema que sale a menudo en conversaciones muy dispares. Intento no entrar al trapo porque con el tiempo he aprendido que no sirve de nada, pero me cuesta. Mucho. Y si entras acabas siempre en un mismo punto: es que estas vendido a las farmacéuticas (Joder! Que me digan en que cuenta me lo están ingresando que no me he enterado!!). O, alternativamente, es que te han engañado en una mega-conspiración en la que participa todo el colectivo investigador, farmacéutico y médico (tela! Tanta gente, toda tonta o malvada!). Con este argumento no se puede discutir y habría que aceptar que el sol sale por el oeste o que la luna es de queso roquefort. Suelo intentar respirar hondo y pensar que, a fin de cuentas, es selección natural. Y yo soy bióloga.

Pero a veces hablas con gente algo más razonable que te pregunta con verdadera curiosidad, y ahí no me importa entrar. Este sector incluye a algunas conocidas con críos que optan por no vacunar (que mala me pongo...) o por tratar las alergias y problemas severos de salud de sus retoños con homeopatía y hierbas. Es cierto que un corticoide (por decir algo) trae un prospecto que si te lo lees te dan ganas de tirarlo a la basura porque la lista de efectos secundarios para tu retoño es acojonante... y las hierbas no traen prospecto. Lo malo es que no los traen, no porque no tengan efectos secundarios, sino porque se están colando en un vacío legal, entran como nutriceutico, como condimento... o están prohibidas y las compran de “extranjis” precisamente porque su bioseguridad no la ha testado ni dios, y si en 5, 10 o 15 años tu retoño tiene problemas hepáticos por culpa de la hierba... no hay responsabilidades. Eso y que a menudo le estas dando la planta de la que se sintetizó el principio activo del fármaco que te han recetado... sólo que con mucho menos control de dosis y unas impurezas que a tu hígado le van a sentar fatal. Pero a menudo te defienden que la han prohibido por los intereses farmacéuticos... y ahí estamos otra vez en la casilla de salida y lo dejo correr. Ni las farmacéuticas son “buenas” (que son un negocio!) ni son el demonio. Y  las empresas que venden azúcar a precio de caviar o los que se forran con charlas y libros a costa del miedo no son ángeles ni mártires. 


También me he encontrado con otro  problema recurrente. En muchos casos me dicen cosas como “es más fácil entender los argumentos antivacunas, o los beneficios de determinados tratamientos naturales, que todo un estudio científico”. Y me quedo de pasta de boniato.

Hay artículos de divulgación excelentes sobre la mayoría de temas, en especial sobre el tema de la vacunación. He visto infográficos suuuuper visuales. No acabo de entender porque cuaja más un pensamiento que el otro. Puede que los “alternativos” hagan más ruido, mejor campaña y sean capaces de conectar mejor con el público, ya que ese es el rasgo imprescindible del charlatán, del vendedor de humo. Su carisma. Pero la salud no debería ser un tema de carisma. Os quiero hacer una reflexión si sois de los de este grupo: A pesar de que lo estudié con bastante profundidad, para mí, el vuelo de un avión sigue teniendo algo mágico y misterioso. Pero en el mal sentido. No tengo control. Ninguno. Es grande, pesado, ¡las alas son muy pequeñas! Y no tener control es algo que me pone los pelos de punta (soy “un poco” controladora). Cada vez que vuelo estoy intranquila. Pero de ahí a bajarme unos manuales de Internet y ver algunos vídeos de Youtube, y decirle al piloto, quita, que piloto yo... porque así voy a tener mayor sensación de control...absurdo ¿verdad?
Pues eso es exactamente lo que queremos con respecto a la salud. Queremos pilotar.  Y lo entiendo. Al 100%. La sensación de desamparo que da en el momento que pones TU salud en manos de otro es tremenda. Y es una de las asignaturas pendientes para muchos médicos. Ser capaz de aceptar al paciente como copiloto. De ayudar al paciente a saber que sigue teniendo el control. Pero en última instancia, mal que nos pese, debemos aceptar que no somos el piloto.  Que un blog, un libro, por gordo y sesudo que parezca, o una o varias charlas gratuitas o de pago, no nos califica para comprender en toda su dimensión lo que un profesional ha aprendido en 5 años de carrera, 3-7 de interinaje o doctorado, y muchos años de práctica clínica o científica.

Podría pasarme horas aportando datos sobre como las mejoras en medicina, los partos hospitalarios, las unidades de neonatos, las vacunas, los antibióticos, los avances en cirugía, en detección por imagen, los avances en genética, bioquímica, en farmacología... han disparado nuestra esperanza de vida y nuestra calidad de vida. Pero no voy a hacerlo, no en este post. Son datos que se han compartido hasta la saciedad. Personas más cualificadas que yo, médicos, virólogos, inmunólogos, oncólogos... han dedicado ríos de tinta a estos temas demostrando el valor de las vacunas, las terapias contra el cáncer, los antibiótocos... Los datos de mortalidad infantil, esperanza de vida, mortalidad maternal... están en la página web de la OMS, incluso en el instituto nacional de estadística, disponibles para cualquiera. La OMS tiene incluso infogràficos en que se relaciona la incorporación de determinados  factores, como las vacunas o las sillitas de seguridad para niños en el coche, con datos crudos de mortalidad infantil. Pero no hay más sordo que el que no quiere oír ni más ciego que el que no quiere ver. Por eso aquí hoy no escribo datos ni referencias (¡como los charlatanes!), esto no es un artículo científico. Solo os quiero hablar desde el corazón. Invitaros a la reflexión.

En su mar de contradicciones en la misma tarde una mujer intentaba convencerme de que no vacunara a mi hijo no fuera caso que le diera autismo (Jesús... que manía) y un rato más tarde me contaba una anécdota de su infancia y mencionaba a su vecinito, con el que jugaba mucho de niña pero que un buen día cogió la  polio y ya no pudo jugar más, y en unos años murió, pobre chiquillo... Vale. Le dije que a mi hijo, en última instancia, lo prefería autista que muerto. Ese argumento parece que era válido y me ahorró otra tarde de indignación y argumentos absurdos y discutir con un muro. Pero el caso es que yo no tengo anécdotas así. Mi madre sí. La mayoría de gente mayor tiene estos recuerdos. Pero ya nos estamos olvidando.

Yo soy genetista, mi experiencia personal en este tema es muy simple y más reciente. Inicié mi doctorado en el año 2000, en aquel momento, para las enfermedades graves con las que trabajaba todos los pacientes eran pediátricos, y pocos pasaban de 5 años. Esa era su esperanza de vida. Sólo en 17 años, trabajando con las mismas enfermedades o incluso algunas más severas, nos encontramos ya con adolescentes o jóvenes adultos, hay que reescribir las introducciones de los artículos en que solíamos decir que la esperanza de vida de tal o cual enfermedad es de 1-5 años y ahora no ponemos ese dato porque estos niños viven. Y no es por una hierba ni por unas bolas de azúcar.


Personalmente no consigo entender porque la gente quiere volver a poner  a prueba la selección natural. A comprobar si su sistema inmunitario o el de sus hijos está al 100% como para resistir a una polio o a una tosferina o tiene la capacidad de eliminar un tumor por sí mismo y sin ayuda. Deberían leer más libros de historia. Mi bisabuela tuvo 11 hijos de los que llegaron a edad adulta 3. Y era lo normal. De verdad. Revisad las pirámides de población a lo largo de la historia! 

Personalmente, como bióloga, “mamá Naturaleza" me da mucho respeto. Llevo bregando con ella de forma profesional durante muchos años y tengo claro que de “madre” nada, al menos no como yo entiendo a una madre... No sé en qué madres piensan otros. A la naturaleza los individuos se la traen al pairo. Si la especie sobrevive, ahí estará, si no... pues a extinguirse.  Como especie gracias a este aumento de la esperanza de vida nos hemos expandido hasta límites inconcebibles para nuestros antepasados.  Y haber sido capaces de borrar de nuestras memorias más recientes el efecto devastador de muchas enfermedades nos ha llevado a la soberbia de creernos que esos remedios no funcionan y son innecesarios. Y yo discrepo. Profundamente. 

viernes, 22 de julio de 2016

¿Cómo deciros lo importantes que habéis sido?



Siempre cuesta decir adiós. Sobre todo cuando es algo bueno, sobre todo cuando es gente buena, gente a la que has aprendido a apreciar, y que ya forman parte de tu vida. Hoy cerramos una etapa. Se acabó la guarde, ya es “mayor”, el próximo curso, al cole. Ale.

Hoy decimos adiós a las personas que han estado ahí, que han estado con él 8h al día, desde los 8 meses. ¿Y cómo les das las gracias? ¿Cómo les dices que se las va a echar de menos? ¿Cómo expresas lo importantes que han sido en la vida de la persona que más te importa en este mundo? ¿Solo con un gracias? ¿Gracias Laia, gracias Anna y gracias Ague? Y gracias a Carla, Marta, Emma, Tamara, Montse... a todas las que cuando se ha caído en el patio le habéis dado un beso y un abrazo, le habéis hecho sentirse reconfortado y seguro. Querido. A la que estaba a su lado cuando se despertó de la siesta llorando con una pesadilla y le ayudó a no tener miedo. La que le ha dado la mano para subir a la moto cuando aún se sentía inseguro, a la que le hace cosquillas en el pasillo y le hace reír a carcajadas. A la Vero que hace ese pollo tan rico... ¿Gracias a todas? ¿Ya está? Se queda corto.

Vivimos en un país con unas bajas maternales que dan pena. Soltamos laste con nuestros hijo mucho antes de lo que quisiéramos. MUUUCHO antes. Y lo hacemos con la culpa en el corazón, angustiadas. Dejas a tu bebé de pecho con una total desconocida. Y piensas,” por Dios, ¡quiérelo mucho!” ¿Y sabéis qué? Hoy, después de casi 3 años, miro atrás y pienso que ha estado bien. Veo a mi hijo feliz. MUY feliz. Lo veo seguro. Lo veo querido. Y eso es mérito de todas. No solo ha tenido unos padres que le han querido. Os ha tenido a vosotras. Durante 8h diarias se ha sentido querido. Protegido. Seguro. Habéis logrado que os haga familia. Ser unas “mamás” activas y cariñosas. ¡Cañeras! Severas cuando toca, pero amorosas. Y no hay un “gracias” para esto. Sencillamente, no lo hay.

Laia comentó un día que dolía un poco que niños con los que había estado años, a los que había “criado” (sí, leches, ¡criado! Esa es la palabra correcta) desde bebes, un buen día se la cruzaban y no la reconocían. Que no había dejado huella. Eso no es así. La memoria de un bebé es imperfecta. Los recuerdos desaparecen. Las vivencias, no. Las sensaciones, la experiencia... Eso es lo que se queda para siempre. Para siempre. Habéis estado con él en unos años que son esenciales, por su fragilidad, por su desamparo, porque no puede expresarse y comunicarse y depende de la empatía de las personas que lo rodean. Y creo sinceramente que es una época que deja una huella imborrable. Es la base de la persona que será el resto de su vida. Y estaréis ahí, en esa base, para siempre.  Olvidará vuestros rostros, pero no a vosotras.

Mis “Laia, Anna, Ague” fueron Reme y Leonor. Mi madre trabajaba, como yo, y con el corazón encogido me dejó con unas desconocidas. De Reme aún recuerdo el olor del abrazo cariñoso que me daba cuando estaba triste porque mama se iba. Y una bata de cuadritos azul celeste (que cosas de recordar). De Leonor recuerdo la sonrisa. Y sentirme segura. Y recuerdo la tristeza de decirle adiós. No las reconocería. Podrían ir sentadas a mi lado en el metro. No sabría que esas desconocidas me abrazaron y me dieron su cariño. Pero están ahí, en algún lugar de mi memoria.  Nunca se irán. De la misma manera que vosotras no desapareceréis de la de Eric. De la misma manera que, a su manera, os echará de menos.

Hoy despedimos una etapa, hoy despedimos a una familia.  Haremos una fiesta, intercambiaremos regalos, un abrazo, un gracias. Aséptico, porque si no, me pondré a llorar como una tonta (deberíais verme ahora... se me han acabado los clínex). Pero todo quedará corto para deciros Adiós.  Para decir GRACIAS. Se queda MUY corto.

sábado, 21 de febrero de 2015

Haciendo planes...




El problema es que con la maternidad (o paternidad, da igual) nosotros hacemos unos planes, y la naturaleza y la criaturita hacen otros. Y tú te acabas comiendo los planes en el parque. 

Antes de tener un hijo, cuando está ya en camino y empiezas a verlo como algo real, empiezas a darle vueltas a esto y aquello y a tomar decisiones. Sobre todo si lo de la maternidad ha sido una decisión meditada y te has “esperado” años, pues has tenido tiempo para observar a otros, para darle vueltas… y te has hecho una especie de agenda en tu cabeza. El parto así, lactancia sí/no, dormirá con nosotros o en su cuna, lo pasaremos a su habitación con tantos meses/años/nunca (:D) y un largo etc.

Son cosas que en algún momento, dentro de tu inmensa ignorancia, crees de verdad que son decisiones tuyas. 

Pues no lo son.

Y cuanto menos hayas gravado en piedra todas y cada una de esas decisiones, menos sufrirás con la cancelación de tus planes. 

Me pongo a escribir esto a raíz de una conversación con unos futuros padres primerizos. El padre, muy ilusionado, me comentaba como iba a ser el parto, cuantos meses “iban” a dar el pecho… en un momento dado no me pude contener y le dije que fuera consciente de que, en el fondo, no eran decisiones suyas. Y creo que es bueno ser consciente de ello, y estar dispuesto a respetarlo.

He visto a algunas madres agobiarse profundamente por esos cambios de planes (madres por lo de que en el grupo de postparto éramos todo madres, no porque los padres no lo hagan, no lo sé). Convertir la lactancia en una especie de batalla con la naturaleza, forzar un colecho que no funciona, o vivir con dolor una alimentación con biberón.
A todos nos afecta, para que negarlo. Queríamos hacer las cosas así o asá. Pero la realidad, aunque en el momento no nos lo parezca, es que esa primera infancia que, tenemos tan clara, es un suspiro. Y lo más importante es disfrutarla. ¡Y dejar al niño disfrutarla también!

miércoles, 28 de enero de 2015

Gracias. De todo corazón.


Las Navidades ya nos empiezan a quedar muy atrás, se nos ha olvidado el empacho de turrón y hasta empieza a borrarse el recuerdo de las vacaciones. ¿Y me pongo yo a escribir sobre milagros navideños? Bueno, es que no me ha dado tiempo hasta ahora. 

Siempre he sido una persona muy navideña. Para todos esos Grinch que pululan… pues lo siento. Yo soy de las que canta villancicos ya en agosto, de la que siempre (SIEMPRE) decora la casa, y me encanta tener un árbol de Navidad, aunque sea un potus. Va a tener alguna luz y alguna adorno. Y se va a aguantar si no le gusta.
Y no es por los regalos, ni por los adornos, los turrones o las comilonas. Es porque siempre me ha parecido que hay algo especial en la Navidad. No tengo una gran familia, ni una familia muy unida. Y la verdad, hemos pasado temporadas muy malas. Y cuando murió mi madre había un vacío enorme en la mesa. Y aun así, adorné, cociné y disfruté de la Navidad. Y a todos los que me dicen que la Navidad es una fiesta consumista que la gente compra por comprar… siempre les digo que cada uno lo vive a su manera, y que se gasta lo que se quiere. Y a todos ellos les invito a seguir leyendo. Porque este año, mi creencia de que hay un “espíritu de la Navidad”, que los milagros Navideños suceden… se ha probado como cierta.
30.478 €. Este ha sido nuestro milagro de Navidad. Y sinceramente, estamos que no nos lo creemos. ¿Suena materialista? Espera, que te lo cuento del todo.
Os suena lo de los recortes, ¿verdad? Bueno, pues en ciencia han sido de órdago. En un país que tenía ya una inversión en investigación paupérrima nos hemos quedado en pañales. ¿Y es que no estamos para lujos? Bueno, sinceramente, nunca he pensado que la ciencia sea un lujo pero eso ya va a criterios. Y yo ya expuse el mío en el 2009. Y ahora estamos peor. Mucho peor.
Así que uno de los proyectos en los que estamos trabajando, el de la búsqueda del gen responsable del Síndrome de Opitz C, se queda sin fondos. Y nos duele más que con otros. Porque es un proyecto con una parte muy humana. Porque es un proyecto que si no lo hacemos nosotros, no parece que lo vaya a hacer nadie más. Porque estas familias se quedan sin esperanzas.
Ya empezó a trompicones, pagado por las propias familias, con un poco de ayuda de estos y aquellos… y muchos malabares económicos por nuestra parte. Impulsado más por buena disposición que por sueldos y fondos. Pero no nos metimos a científicos para ser ricos, sino porque nos gusta. Y hemos ido avanzando. Hasta ahora. Miras “la saca” y dices: no queda. Y te desesperas. 

En ese momento, este gobierno nuestro (lo voy a dejar aquí) decide que en lugar de financiar la ciencia (lo dejo aquí también, porque si no, me pierdo en improperios), va a montar una plataforma de micromecenazgo. A ver, no me entiendan mal. Si no fuera por los recortes, si fuera a más a más, me parecería estupendo, pero es “en lugar de” y no “además de”. Pero en fin, ahí estamos, con nuestro proyecto seleccionado para el primer lote de crowdfunding científico en un país sin tradición de mecenazgo. Pero aprovechamos la oportunidad que para eso estamos.
Esto del micromecenazgo o crowdfunding es muy nuevo en nuestro país, así que nosotros prácticamente no sabíamos ni de que iba. Explicado en corto, se establece una recaudación óptima que te permitirá realizar unos objetivos científicos reales y significativos. Y se establece un mínimo. La idea es que sin llegar a ese mínimo el proyecto no es viable en ninguna de sus fases, y por lo tanto el dinero se devuelve a los donantes. Sí señor, se devuelve. En nuestro caso necesitábamos 25.000€ para poder avanzar realmente en nuestro proyecto, pero 12.000€ nos permitirían realizar la primera fase del proyecto, luego, ya se verá. Ah, y tienes 90 días para lograr estos objetivos.
Como funciona todo en este país nadie te explica muy bien que se espera que hagas tú con todo esto. Van pasando los días y a penas hay 400€ recaudados. Lo pasas por mail a todos tus contactos, watsapp, facebook… y logras llegar a 1500€. Las notas de prensa de los organismos oficiales implicados son paupérrimos y a penas se notan (Suerte del CIBERER, que sí se movió). Te llaman de la propia plataforma:  es que debeis hacer difusión vosotros ya que vuestra institución no lo está haciendo... Ah. Bueno es saberlo. Es que no tenemos ni twitter… ¿No hay una cosa que se llama Community Manager para eso? ¿No debería formar parte de la propia plataforma? En fin.
Y te arremangas. Porque para eso estámos. Y Carles, el padre de la niña enferma, sacando un tiempo que no tiene y una energía que nos deja a todos maravillados, empieza a tirar de un carro que poco a poco avanza. Y nos ponemos a su lado a tirar del carro. Artículos en revistas de difusión, notas de prensa, descubrir que es eso de Twitter y como funciona, llamadas a mil empresas, eventos de difusión… y el día 15 de diciembre, a falta de 3 semanas para finalizar el plazo, estamos a 5000€. Pero como Carles no pierde la esperanza, nosotros tampoco. No lo vamos a dejar solo, ¡faltaría más!. Hace pulseras con el logo de la asociación para vender y las chicas del lab se vuelcan a ello. Y consigue que la Caixa de Pensions nos de 5.000€… y a medida que se acercan las Navidades llegamos justito, justito, al mínimo. Salvados! Al menos no perdemos el trabajo hecho. Y entonces llega nuestro milagro navideño.
Durante las Navidades el proyecto llega a la radio (Rac1) y a la agencia de noticias EFE y con ello a todos los periódicos. Pequeñas notas, pero significativas. Y ahora que la gente lo ve, los donativos crecen. Y no solo logramos el mínimo. Superamos el objetivo óptimo.
El plazo se cerró el día de Reyes, y ver que lo habíamos logrado fue nuestro regalo. No solo un regalo a nivel económico. Ahora tenemos los fondos para continuar con este proyecto y seguir dando esperanzas a estas familias. Fue un gran regalo también a nivel humano. Una lección de vida.
Hemos reunido más de 30.000€ que en su inmensa mayoría proceden del bolsillo del ciudadano de a pie. Del mismo que se supone que no se implica por nada y que en esas fechas sufre un ataque consumista que lo lleva  comprar corbatas y colonias compulsivamente. Pues nuestra experiencia ha sido muy distinta. No solo nuestro proyecto a alcanzado su objetivo, otros 3 lo lograron también. En este conjunto de proyectos (eran 6, creo recordar) se recaudaron más de 127.000€ en donativos. En un país con un porcentaje de desempleo récord, con la crisis que nos ahoga, con un gobierno que da el peor de los ejemplos, la gente se ha volcado en ayudar a unos pocos para que puedan ayudar a muchos.
Y nos han emocionado.
He tardado en escribir este post porque me cuesta encontrar las palabras adecuadas para dar las gracias. Porque todas estas personas que dentro de sus posibilidades han ayudado, tanto con los donativos que lo han hecho posible como difundiendo, vendiendo pulseras, dedicando un rato a escribir un artículo… que ha sido crucial en esta carrera contrarreloj, se merecen un GRACIAS enorme. Se merecen un aplauso. Que les hagamos la ola.
Así que, de parte del equipo investigador, de parte de las familias que han visto esta respuesta y les ha calentado el corazón, de parte de la que escribe, que aún sigue emocionada:
GRACIAS.

De todo corazón.