miércoles, 27 de noviembre de 2013

El dichoso pañuelo.

Para los pocos despistados que habéis llegado aquí sin conocerme (¡Hola!) os diré que hace poco que he sido madre. Será por la baja, por lo de tener ratos cortos, o yo que sé por qué, pero hace ya días que tenía ganas de desalojar a Ella la Araña del blog e intentar coger la costumbre de escribir. Creo que ahora Ella se ha refugiado en el post de la Ciencia Española, pero total, como no lo lee nadie, no pasará nada...
He intentado evitarlo, lo juro, no quería que este blog se convirtiera en un “diario de una mamá” pero la verdad es que mi vida ahora mismo es muy monotemática... ya lo siento. Así que, con vuestro permiso, inauguro esta nueva etapa con un tema maternal a más no poder: el dichoso “pañuelo de lactancia”.
pure pleasure
¿No sabéis lo que es un pañuelo de lactancia? Hasta hace poco yo tampoco. En general es una especie de foulard o pañuelo grande, fino y suave con el que envolverse y envolver al niño mientras este mama. Seguro que habéis visto a muchas mujeres grácilmente envueltas ellos mientras dan el pecho en lugares públicos, creando un “nidito” para el niño en el que se encuentra a gusto y protegido de los estímulos exteriores que lo distraen de su cometido. Además, ayuda a que la operación sea algo más discreta.
Pues yo no soy una de esas madres. Mis intentos de dar el pecho en lugares públicos elegantemente envuelta en mi pañuelo consisten en:
1.   Me lío con el pañuelo, el niño llora como un verraco porque tiene hambre y mamá está haciendo el tonto con un pañuelito.
2.   Me dejo de hacer el idiota, saco la teta y enchufo al niño.
3.   Vuelvo a intentar ponerme el pañuelo mientras la criatura mama...
4.   ¡Coño! ¡Que se me asfixia el niño!
5.   El niño se está poniendo como una moto porque mamá no para de hacer el chorra con el pañuelito de marras.
6.   Mierda... el pañuelo al suelo. Cariño, ¿me lo recoges?
7.   ¡Hey! Parece que casi lo tengo... Ah, calla, que ya ha terminado.
8.   Intento volver a vestirme siendo discreta...

A estas alturas el niño está hecho una col con el pañuelo yo ando con la teta al aire y esa amable vocecilla de mi cabeza me dice: ¡TARADA! ¿No sabes ponerte ni un pañuelito?

En fin. Nadie dijo que ser madre fuera fácil.

No hay comentarios: